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¿Por qué en Noruega la demanda de coches eléctricos supera a la demanda de coches convencionales?

Por Jesús Román (Ingeniero industrial. Asesor Técnico de FENIE)   El pasado 23 de Marzo se celebró una Conferencia Europea del Vehículo Eléctrico  en Madrid. Entre los ponentes se encontraba Håkon Hauan, Director de la Oficina Comercial de Comercio y de Turismo de Noruega. En su intervención expuso a los asistentes los principios en los que se basa la gran penetración del vehículo eléctrico en la sociedad noruega. Es cierto que el poder adquisitivo de los noruegos es sensiblemente alto y con ello se facilita el lanzamiento de cualquier producto, como puede ser el vehículo eléctrico, pero las decisiones políticas son más que favorables. ¿Por qué en Noruega la demanda de coches eléctricos supera a la demanda de coches convencionales? Noruega es una nación rica en recursos naturales y consigue producir casi la totalidad de la electricidad a partir de generación hidráulica. Esta forma de producción abarata los costes de la electricidad y el alto coste de la gasolina, hace el resto. Además, entran en juego muchos otros beneficios fiscales y de circulación. Como pueden ser: -Los modelos eléctricos están exentos de impuestos. Se puede dar el caso que cueste menos que un coche de combustión equivalente, que soportan una elevada carga impositiva. -Los peajes son gratuitos -El uso de los transbordadores es gratuito -Está permitido el uso de los carriles destinados al transporte público -Disponer de parking gratis -Recargar el vehículo de forma gratuita en los postes de recarga habilitados para ello. El resultado de todos los incentivos expuestos es que la demanda de coches eléctricos es mayor que la demanda de coches convencionales en Noruega. Seguramente en España, en caso de llevar a cabo un modelo de política energética diferente al actual, en el que se fomentase de una forma activa y real la generación distribuida de electricidad a partir de fuentes renovables según la modalidad de suministro con Autonconsumo con Balance Neto, los ciudadanos dispondrían de una posibilidad de reducir costes energéticos, tanto relativos a su vivienda o industria como al uso del vehículo eléctrico, fomentando de una forma decidida la integración del vehículo eléctrico dentro de nuestra sociedad.

Cambios precios recibos de la luz

Cambios precios recibos de la luz

El Consejo de Ministros del viernes 28 de marzo aprobó el Real Decreto 216/2014, (BOE de 31 de marzo), en el que se establece el nuevo sistema de cálculo del coste de la energía en la factura eléctrica de los pequeños consumidores, así como el régimen jurídico de contratación. El nuevo sistema sustituye al anterior sistema de subastas CESUR y tiene como objetivo abaratar el coste de la energía.

Cambios para el pequeño consumidor

El consumidor acogido al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVCP), antigua TUR,

Esperando el nuevo recibo de la luz

Como en la tragicomedia escrita por Samuel Beckett, el españolito medio vive estos días ‘Esperando a Godot’. Porque este mes es en el va a recibir el primero del resto de recibos de la luz del resto de su vida, ese que según ha anunciado el Gobierno pone fin a su vida anterior e inicia una nueva etapa en la que ya no sufrirá las penalidades de las compañías energéticas. Los cambios va a afectar, presumiblemente a los pequeños consumidores que están acogidos al Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), es decir a la mayoría de los hogares y empresas pequeñas que tienen contratada una potencia inferior a los 10 kilowatios. Suprimido el sistema de subastas el recibo de la luz se calcula a partir de ahora tomando como referencia el precio del Kw en función de su cotización diaria en el mercado mayorista eléctrico. Es decir, teóricamente, tras la reforma aprobada vamos a pagar la electricidad consumida a un precio medio del mercado en ese periodo de facturación. En la próxima factura aparecerán los siguientes conceptos: La potencia contratada: Importe fijo que no cambiará y que reflejará el precio del kilowatio por los días de facturación. Energía consumida: Importe de lo consumido durante el periodo de facturación Descuentos: Ahorro obtenido en el caso de haber contratado alguna oferta. Impuesto sobre electricidad: Impuesto especial. Peajes de acceso: Coste de las comercializadoras por usar las redes de distribución. Este coste aparecerá desglosado en la nueva factura. Y aquí es donde estriba la gran incógnita. ¿Habrá sido mejor el remedio o la enfermedad? ¿El nuevo sistema de baremación será una garantía para desahogar el oprimido bolsillo del españolito medio en crisis o habrá que seguir supeditados al dictado de las grandes compañías? En todo caso una vez llegue esa ansiada primera factura en la que estén aplicados estos cambios, se puede visitar la web de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para comprobar que el recibo es correcto. En esta web encontraremos una herramienta de simulación del recibo con tan sólo introducir los datos en cuanto a potencia, periodo de facturación y consumo. Además en el siguiente enlace se podrá buscar y comparar entre diferentes ofertas de energía para averiguar la que se adapta a nuestras necesidades: http://comparadorofertasenergia.cnmc.es/comparador/index.cfm?js=1&e=N Aún así, cabe entender que cualquier medida de reforma nunca supone, de inicio, la panacea para los consumidores y, como en la obra de Beckett, la anhelada rebaja del coste para los bolsillos no llegará hoy, «pero mañana seguro que sí».

Hay que romper con la esclavitud

El titular que encabeza esta nueva entrada de nuestro blog no es una exageración. La Fundación Desarrollo Sostenible, que es una entidad no lucrativa creada en el 2008 y que apuesta por un modelo de desarrollo económico ambientalmente más sostenible y socialmente más justo, afirma por ejemplo que en la situación actual de España en la que no existe el balance neto, el autoconsumo está penalizado, las energías renovables, abandonadas, y donde el recibo de la luz se encarece constantemente es necesario dotar a la sociedad de herramientas que permitan salir de la actual situación de esclavitud energética en la que gobierno y grandes compañías eléctricas nos quieren situar. O de lo contrario se producirá un empobrecimiento generalizado entre la población. Un dato para tener en cuenta. En 2012, las importaciones netas de petróleo, gas y carbón costaron más de 45.500 millones de € mientras las primas de las renovables fueron 6.107 millones de €. Las importaciones energéticas costaron a cada ciudadano 7,5 veces más que las renovables. Y, sin embargo, vivimos en el país de la gran contradicción, donde desde las instancias de poder se reitera la falsedad de lo caras que son las renovables. No hay otro camino posible para romper con las dependencias y dar un salto hacia una nueva sociedad en la que las ataduras a los intereses de las grandes compañías formen parte de ese pasado que ya no es democrático. Con todo, las medidas adoptadas hasta el momento por lo que respecta a la reforma eléctrica caminan hacia un recorte a la retribución de las renovables para expulsarlas del mercado con carácter retroactivo y así reducir su producción; una subida automática de peajes, incrementando el término de potencia, para expulsar del mercado el ahorro de energía y el autoconsumo, garantizando con los peajes la financiación del 75% de los costes del sistema; y no tocar el método de conformación de precios de la electricidad para que el gas y el carbón, como fuentes más caras, sigan fijando el precio de la luz. El resultado de todo este dibujo es un modelo energético que incentiva el consumo penalizando el ahorro e impulsa la dependencia energética en detrimento de las energías renovables. Asegurar de esta manera los ingresos del sistema eléctrico supone un grave perjuicio para todos los sectores de la economía y para los consumidores que serán penalizados con una facturación incomprensible Como mínimo nos queda reflexionar y mantener una actitud crítica para tomar conciencia de esa esclavitud, levantar la voz y romper las cadenas.

Una consecuencia de la crisis: la pobreza energética

Seguramente la mayoría de los lectores de este artículo no se sientan identificados ni incluidos en esta nueva categoría de pobres que acaba de nacer con los latigazos que está infligiendo esta dura crisis económica. Pero existen. Son reales. Y tal vez estén más cerca de lo que creemos. Son nuevos pobres. O si queremos matizarlos, una nueva forma de pobreza. A veces sutil pero tan despiadada como cualquier otra. Los pobres energéticos son aquellos que sufren los rigores de la falta de recursos económicos para poder hacer frente a las necesidades de consumo mínimo que se precisan en el día a día. El «Estudio sobre Pobreza Energética en España. Potencial generación de empleo derivado de la rehabilitación energética de viviendas» desarrollado por la Asociación de Ciencias Ambientales ha determinado la situación de la pobreza energética en España en base a varios indicadores, distribuido por comunidades autónomas y en comparación con otros países de la Unión Europea, además de establecer también la relación entre la pobreza energética y el paro. Según este estudio cabe entender como pobreza energética la incapacidad de un  hogar de satisfacer una cantidad mínima de servicios de la energía para sus necesidades básicas, como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (de 18 a 20º C en invierno y alrededor de 25º C en verano). Las causas que generan esta precariedad energética son diversas: bajos ingresos familiares, calidad insuficiente de la vivienda, precios elevados de la energía, precios elevados de la vivienda, etc. Las consecuencias que tiene en el bienestar son también variadas: temperaturas de la vivienda inadecuadas, incidencias sobre la salud física y mental (incluyendo mortalidad prematura de ancianos), riesgo de endeudamiento y desconexión del  suministro. La imagen de operarios, a veces acompañados por fuerzas de seguridad, entrando en un edificio para cortar el fluido de energía eléctrica es una estampa más que nos dejan estos tiempos. No es una circunstancia extraña ni marginal. Algunas estadísticas elaboradas en los últimos años apuntan a que en España cerca de 10% de los hogares son incapaces de afrontar las necesidades energéticas con unas mínimas garantías lo que deriva, de una forma o de otra, en esa denominada pobreza energética. El propio Comité Económico y Social Europeo proponía tener en cuenta la pobreza energética a la hora de elaborar cualquier propuesta de política energética y se afirmaba que mejorar la eficiencia energética en la construcción era un aspecto clave para abordar la pobreza energética, considerándola una nueva prioridad social. Además recomendaban medidas como el establecimiento de un Observatorio Europeo de la Pobreza, centrado principalmente en la pobreza energética, la creación de un Fondo Europeo de Solidaridad Energética o el impulso de una campaña de información a nivel europeo sobre la lucha contra la pobreza energética y la solidaridad en este ámbito. Los pobres energéticos existen. En España, cada vez son más. A nuestro alrededor empiezan a proliferar.

El nuevo decreto supondrá un recorte de 1.700 millones a las renovables

El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto 413/2014 que regula la actividad de producción de energía eléctrica a partir de tecnologías renovables, cogeneración y residuos, por el que se fija una rentabilidad diferente de las primas. Este nuevo baremo significará un recorte de 1.700 millones de euros, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). La rentabilidad fijada para las renovables será del 5,8%, cerca de dos puntos menos que los 7.5% del borrador original del Real Decreto. José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, explicó que los objetivos del nuevo sistema son «dotar de estabilidad al sistema, dar una rentabilidad razonable e introducir certidumbre en el sector». Soria además ha apuntado que se ha aprobado otro real decreto para agilizar y aumentar la eficiencia en las colocaciones del déficit de tarifa, deuda acumulada entre los ingresos y los costes del sistema que supera a los 30.000 millones. El ministro apuntó al coste de las renovables como una de las causas de la generación del déficit de tarifa e indicó que había que tomar medidas porque de otro modo se iría «a la quiebra». En 2013 las primas sumaron 9.000 millones en 2013, una partida que este año bajará a unos 7.300 millones. Las tecnologías del régimen especial recibirán 200.000 millones de euros de retribución en toda su vida útil, según los cálculos del gobierno. Por su parte, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) aseguró que recurrirá “con todas sus fuerzas y en todas las instancias”  posibles el real decreto al ser una regulación “injustificada y  desproporcionada, que desencadenará una larga parálisis de inversión, multitud de pleitos a nivel nacional e internacional y continuará con la inestabilidad regulatoria”. El presidente de la AEE, José López-Tafall calificó 2013 como “el peor año que ha tenido la industria eólica”, y destacó que se trata de la regulación energética “más restrictiva que ningún país haya tomado contra el sector eólico”. López criticó que la tecnología eólica sea “sin duda” la “más perjudicada” por la reforma, a pesar de que el año pasado se constituyó como la principal energía. Greenpeace también se suma a las críticas. El grupo ecologista opina que el Real Decreto penaliza a los productores más eficientes, cambia el sistema retributivo a las renovables y desincentiva las inversiones renovales. Tal y como explican, el nuevo decreto cambia el actual sistema de primas que estaba vinculado a la energía producida, por un sistema en el que la retribución depende de la potencia instalada, que no tienen relación con la energía real que se vierte a la red. Marina Bevacqua, responsable de la Campaña de Energías Renovables de Greenpeace declaró que «esta nueva normativa supone cambiar las reglas en medio del juego. Las personas y empresas que decidieron hacer inversiones en energías renovables lo hicieron bajo el amparo de unas normas en vigor que ahora de pronto ya no existen».  

La importancia del asesor energético

Asesor. Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua: Persona que asesora. Y dicho de un letrado: Que, por razón de oficio, debe aconsejar o ilustrar con su dictamen a un juez lego. Pero el asesor existe no solo en el campo jurídico sino que sus funciones se van extendiendo cada vez más a todos los ámbitos de la sociedad. Porque, según sea su capacidad resolutiva, al asesor se le considera por su conocimiento, por su experiencia, por pericia. Partiendo de estas premisas ¿por qué no contar con el trabajo de un asesor energético? Y mucho más en estos tiempos revueltos, de cambios y revoluciones en las facturaciones, de liberalización y comercialización libre. En esa maraña, el asesor energético puede convertirse en nuestro explorador particular, el guía que precisamos a nuestro servicio para que nos ayude a abrirnos paso en esta selva de tarifas y empresas que tratan de seducirnos con sus ofertas y precios. ¿Dónde encontrar un asesor energético de confianza? Muy buena pregunta. Suponemos que habrá muchos, pero nosotros hablamos de lo que nos es próximo y por tanto fiable. En la empresa INEL, con más de 25 años de trayectoria profesional, plantean una forma interesante para asesorar a los clientes que puedan interesarse por contratar sus servicios. Sobre todo porque nos ponen a disposición un asesor energético. ¿Y de qué se ocupa este asesor energético? De entrada de observar la facturación que tenemos, de comparar la compañía actual con la propuesta de FENIE ENERGIA, de establecer un cálculo del término de potencia, del término de energía, del impuesto eléctrico y del alquiler de equipo de medida. Con todos estos baremos nos ofrecen un estudio comparativo de lo que pagamos y de lo que pagaríamos. En eso consiste la tarea de un asesor energético, en informarnos de lo que ahorraríamos con otras propuestas diferentes a las que estamos utilizando en la actualidad. El valor de la diferencia es lo que merece la pena. Porque un asesor energético, además, resuelve dudas y consultas, ofrece una atención personalizada con la garantía de la empresa instaladora y, siempre, buscará la mejor alternativa para nuestros intereses. La ecuación es sencilla, si tiene nuestra confianza y nos ofrece calidad de servicio y ahorro económico, entonces…  

¿Qué está sucediendo con el nuevo recibo de la luz?

A los hogares españoles ya están empezando a llegar los recibos de las compañías eléctricas después de la última reforma que realizó el gobierno. La gran pregunta que estaba en la calle era cómo iba a afectar a los bolsillos el cambio. Pues bien, no hay una sola respuesta. Hay tantas como efectos se están produciendo en cada economía doméstica. Una buena muestra la encontramos haciendo una amplia revista de prensa a través de los medios de comunicación que se están haciendo eco de estas consecuencias. Así, en Público.es se dice que el nuevo recibo “sólo leerlo ya cansa”. Apunta Ignacio Mártil, autor de este artículo que “a partir de junio, dicen que el precio de la parte variable se va a fijar al coste instantáneo y, por lo tanto, viviremos en el mejor de los mundos posibles. Pero no se haga ilusiones; los actores intervinientes en el proceso seguirán siendo los mismos. Y como sin duda se ha dado usted cuenta, en la energía como en los casinos, la banca siempre gana”. Por su parte en el diario El País se habla claramente de que la nueva tarifa se estrena con rebajas. “La nueva tarifa eléctrica denominada Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), que se usa desde abril para determinar la factura de la luz, ha supuesto un ahorro de entre nueve y 12 euros, en el primer mes en que está en funcionamiento. La rebaja se calcula teniendo en cuenta los impuestos —el 21% del IVA y el 4,8% de los tributos sobre la electricidad— y el contrato de potencia. Esto supone un descenso de entre el 10% y el 15% en el recibo de la luz, según datos aportados por fuentes del sector. El ahorro será mayor cuanto mayor sea el consumo.El nuevo mecanismo (PVPC), que afecta a 16 millones de consumidores, determina un precio distinto de la electricidad para cada hora o periodo de facturación según los resultados de los mercados de energía eléctrica que tiene en cuenta el coste de producción de la electricidad, los peajes —que incluye las primas a las renovables entre otros conceptos— y los costes de comercialización”. La agencia Europa Press recuerda que los efectos todavía no serán palpable en todos los casos puesto que las compañías disponen de un periodo de adaptación. “Durante el periodo transitorio, es decir, entre el 1 de abril y el 1 de julio, ambos de 2014, y siempre que la compañía eléctrica no esté adaptada a la nueva norma, se seguirá facturando de acuerdo con lo facturado, en cuanto al coste de la energía, para el primer trimestre de este año, que, con posterioridad, deberá ajustarse y refacturarse en función de la evolución del mercado. Por este motivo, tanto las cantidades pagadas en exceso durante el primer trimestre del año 2014, como, en su caso, las cantidades pagadas en exceso durante el periodo transitorio (que empieza el 1 de abril), serán devueltas, siendo especificadas directamente en la oportuna factura”. Mientras implanta el nuevo sistema de facturación, el Gobierno ha impuesto una tarifa de 48,48 euros MWh, aunque al final el precio del mercado mayorista se ha establecido en 26,09 euros MWh. Las eléctricas tendrán que reembolsar las diferencia también en abril prácticamente a todos los clientes acogidos a la Tarifa de Último Recurso (TUR).

Ajustarse a la potenciar real, ese es el quid de la cuestión

De acuerdo, el ciudadano medio no es un experto en temas energéticos, no tiene por qué tener los conocimientos previos para poder tomar la mejor decisión. De acuerdo, el problema actual es que ese ciudadano medio vive inmerso en una confusión porque el precio que paga por la energía que consume le parece elevado, porque cada día recibe un bombardeo de información alarmante sobre lo que está subiendo la tarifa y, sobre todo, porque la mayoría de las veces no entiende el significado del recibo en el que teóricamente se le explican los conceptos que configuran la factura energética. Vamos por partes. ¿Qué elementos integran esa factura? En líneas generales son cinco los ingredientes. En primer lugar, tenemos el término fijo o de potencia contratada. Aquí es donde se encuentra el quid de la cuestión que nos tiene envueltos en la polémica informativa de los últimos meses ya que es donde el gobierno ha centrado las subidas de tarifa en las dos últimas revisiones de los peajes: la del 1 de agosto y la del 1 de febrero. Después volveremos a este punto porque capitaliza parte del problema y también de la solución. En segundo lugar tenemos el término de consumo que ha perdido peso en la factura respecto a la potencia tras esas últimas revisiones. Tanto que, tras las últimas modificaciones, en los recibos prácticamente nos aparece equiparado, o en desventaja, frente al término fijo o de potencia.   En la factura que paga el usuario también aparecen los conceptos de impuesto sobre electricidad, el alquiler sobre los equipos de medida y el impuesto sobre el valor añadido (IVA). Y ahora regresemos al quid de la cuestión, a ese término fijo o de potencia que es donde el precio ha experimentado un mayor crecimiento tras las últimas decisiones gubernamentales. ¿Qué hacer? ¿Cómo podemos actuar? Naturalmente la decisión de cada usuario es libre pero nosotros recomendamos actuar con inteligencia y adaptarse a los nuevos tiempos. Para eso es preciso que reflexionemos. ¿De verdad necesitamos toda la potencia que tenemos contratada? Si la respuesta es negativa, o como mínimo dubitativa, el camino a seguir es muy fácil: recurrir a los profesionales. Esa es, sin duda, la opción más adecuada. Solicitar a un equipo profesional que nos realice un trabajo de asesoramiento y medición sobre la potencia y el consumo que utilizamos en nuestro domicilio o en nuestra empresa. De su respuesta dependerá un buen ahorro para nuestro bolsillo.